"Abogados poco escrupulosos que pleitean en nombre de todos los cristianos"

La gente inteligente no se ofende por las expresiones irónicas que se dirigen a ellos, saben distinguir entre el ingenio y el despropósito de una provocación. Se ofenden los maliciosos y prevenidos que, erigiéndose en sus portavoces, se esconden a la sombra de un colectivo existente previamente conformado y ajeno a sus tejemanejes.

En este caso, el de Lalachus haciendo autopromoción con la estampita blanca del Sagrado Corazón y un personaje de 'marketing' televisivo. El grupo presuntamente ofendido es heterogéneo y muy diverso, los creyentes cristianos suelen ser gente honrada y están muy acostumbrados a poner en cuestión sus propias creencias, no necesitan que nadie defienda en los juzgados su fe, saben que es una tarea cotidiana propia de todos y cada uno de ellos, con su ejemplo de vida.

El mundo al revés, unos abogados poco escrupulosos que pleitean y demandan judicialmente para que su rancio e interesado calibre político sea con el que se mida a todos los cristianos.