"La actitud de Vinicius y del Real Madrid está a la altura de un berrinche infantil"

Un club de la grandeza y señorío del Real Madrid no debe hacer el ridículo dando un vergonzoso plantón a la UEFA en la gala de entrega del Balón de Oro en París. Los periodistas especializados no votan solo los méritos, la trayectoria y el éxito deportivo, el palmarés y la influencia en el juego colectivo, sino también el 'fair play', los valores que representa y transmite el galardonado. En este sentido, modesta y humildemente, creo que no hay discusión.

Vinicius, envuelto en la polémica, es un grandísimo delantero pero es arrogante, provocador y maleducado. Sin ir más lejos, en el clásico llegó a desafiar ostensiblemente al árbitro, que no se atrevió a mostrarle la cartulina roja. Rodri Hernández es el mejor centrocampista del mundo desde hace años. Ganó con el Manchester City la Premier y con la selección española, la Eurocopa. Su comportamiento dentro y fuera del terreno de juego es modélico.

El Club merengue, al no presentarse a la entrega de ese trofeo en el que ha sido elegido, por segunda vez en la historia del fútbol, un jugador español, después de Luisito Suárez, no tiene disculpa alguna. Esa actitud de desprecio constituye una clamorosa falta de respeto. Un pésimo ejemplo. Un lamentable berrinche propio de un acto de infantil ligereza.