"Se nos fue el amigo americano y ahora todo son prisas, pero ya vamos tarde"

Y se nos fue el amigo americano. Sí, aquel que nos sacaba las castañas del fuego, o que contribuía decisivamente a hacerlo. Basta recordar las dos guerras mundiales. Ciertamente, en la última, los ejércitos rusos fueron cruciales en la derrota del nazismo. Pero Rusia es Europa, al fin y al cabo.

Díganme qué debía pensar un soldado de Michigan en las playas de Normandia. ¿Qué estaba haciendo alli? Es verdad que la ayuda de los americanos no fue gratis, nunca lo es. Ganaron económicamente en la reconstrucción europea y en su área de influencia geoestratégica. Y todos tranquilos bajo el paraguas americano.

Pero hace unos meses, eligieron a un presidente lunático, imprevisible, añadan los calificativos que quieran, que ha venido a decir que hasta aquí hemos llegado; que Europa se apañe sola. Y este mensaje ha calado en una buena parte de la sociedad estadounidense.

Y ahora, los gobiernos europeos andan como pollo sin cabeza. Se nos fue el amigo americano. Y ahora tocan a rebato, rearme, ejército europeo. Cosas que debieron haberse hecho con tiempo y progresión para ser un continente autónomo. Ahora todo son prisas. Hasta kits de emergencia, por si acaso, que no está de más, visto como las gasta el señor Putin, pero creo que vamos tarde, muy tarde.