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"Criticamos a las redes por sus bulos pero Netflix también los ofrece, aunque más pulidos"

Un momento de la serie de Netflix Asalto al Banco Central.

Un momento de la serie de Netflix Asalto al Banco Central. / Netflix

En los últimos tiempos, hemos criticado plataformas como X (antes Twitter) por las 'fake news' y su capacidad de deformar la realidad. Pero mientras señalamos bulos en redes, otro elefante pasa desapercibido: las series de Netflix que reinterpretan hechos históricos con glamur cinematográfico y nos venden la versión que más nos engancha.

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Un ejemplo es 'Asalto al Banco Central', sobre el atraco de 1981 en Barcelona. La producción es impecable, pero plantea que el atraco fue una operación encubierta del servicio secreto para tapar un supuesto apoyo del Rey emérito al golpe de Estado de aquel año. ¿Apasionante? Sí. ¿Veraz? No tanto. Como todo bulo, se basa en medias verdades, pero aquí entra una nueva categoría: el "bulo que mola", porque cuando refuerza nuestras creencias, nos vale.

El guion nos pone en la piel de un atracador convertido en héroe idealista y carismático, perfecto para que empatices y olvides que robar bancos sigue siendo ilegal. Estas series son brillantes para entretener y despertar interés histórico, pero no son la verdad. Los guionistas hacen su trabajo: buenos, malos, conspiraciones..., todo vale para que sigas pegado al sofá.

En resumen, mientras criticamos a las redes por los bulos, Netflix también los ofrece, solo que más pulidos y atractivos. La moraleja: disfruten las series, comenten lo guapo que es el protagonista, pero no se crean todo lo que ven porque al final, el verdadero atraco no fue al banco sino a nuestra capacidad de distinguir realidad de ficción.

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