"Los delincuentes saben que las ciberestafas les reportan más ganancias"

Los delitos físicos se han trasladado al ciberespacio. La transformación digital ha impulsado ese trasvase delicuencial. Los criminales se han dado cuenta de que cometiendo delitos en el ciberespacio el beneficio al que aspiran es mucho mayor -en pocos minutos pueden cometer múltiples ciberestafas- y los riesgos escasos.

Se procuran, en el anonimato, la impunidad. Saben que dependemos cada vez más de ese ciberespacio donde gestionamos gran parte de nuestras vidas, cuentas bancarias, etc. Acuden a un lugar carente de fronteras. Se valen de la transnacionalidad, de la dificultad de identificar el origen de la trazabilidad de la acción criminal. Incluso las guerras están cambiando, ya no solo se libran por tierra, mar y aire sino que se estilan otros métodos más precisos y sofisticados como los ciberataques a través de la llamada guerra híbrida con dispositivos tecnológicos.

¿Qué papel va a jugar en ese inquietante desafío la inteligencia artificial? Ante ese riesgo contemporáneo resulta crucial la educación preventiva y reactiva, conciencienciando y sensibilizando a la sociedad.