"Los desafíos y retos de ahora son más bien desatinos"

Esto de los retos, desafíos y 'challenges' está llegando ya a unos niveles de despropósito indescriptibles.

En la era pre-internet, un reto o un desafío implicaban una cierta superación dentro de unos valores: aprender alguna cosa que te interesase, descubrir algo útil para el progreso en la vida de las personas, ser mejor en el deporte, mejor hermano, mejor amigo...

Estos días, un 'influencer' jovencísimo ha decidido enterrarse -con 60 años de antelación- en un ataúd que le ha proporcionado un conocido programa nocturno durante dos días. Aparentemente, el chico no ha tenido ningún tipo de contacto con el exterior ni ha podido distraerse con ningún entretenimiento allá adentro (con suerte, habrá mitigado ese trance tomándose unas benzodiacepinas).

Por más que lo piense, no consigo entrever un objetivo en esa acción. Me parece un sinsentido que no está en relación con ningún valor humano. Por no hablar del mal gusto que supone angustiar al espectador recordándonos nuestro miedo al ahogamiento y a la inanición. Aunque también puede ser que a algunos no les cause miedo, y en ese caso hay ciertamente algo perverso en que la gente se entretenga con el sufrimiento de una persona.

Pero, además, probablemente el verdadero desafío esté en conseguir aumentar la audiencia del programa y el número de seguidores de ese 'influencer'. Por tanto, todo ese montaje pretendidamente épico sería simplemente un bluf y tendría mucho de hipócrita.

¿Qué tal si -a partir de ahora- a estas pruebas les damos la importancia que merecen? ¿Qué tal si en lugar de 'desafíos', las llamamos 'desatinos'?