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"Didáctica de la alegría"

Una calle del barrio de Sant Roc de Badalona

Una calle del barrio de Sant Roc de Badalona / ZOWY VOETEN

Aprender de las vivencias que nos han legado requiere que se haya utilizado un método adecuado y no es tarea fácil. Acostumbrados a leer opiniones que nos inclinan a tomar partido, sin embargo, explicar historias es presentar una crónica al alcance de la mano con la percepción imprescindible de sus protagonistas. Bien pueden ser crónicas sesgadas, es decir, fuente de errores que pretendan falsear la verdad, una especie de memoria estúpida que se limita a repetir tópicos, como comentó Sartre. Pero la memoria no solo guarda contenidos, es una fuente de inteligencia donde habitan, también, los sentimientos; nuestra convivencia es el resultado más o menos afortunado de conjugar bien lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Lo correcto está en observar la estabilidad (acercarse al valor real) del buen juicio (pensar y sentir son inseparables).

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Interpretar los acontecimientos a partir de las biografías de los miembros de la comunidad es un ejercicio necesario, se llama prosopografía, una técnica de investigación que ofrece importantes posibilidades, al exponer los sentimientos de quienes participan en los sucesos. ¿Quien puede garantizar el derecho a recibir una información veraz? El sociólogo Darren McGarvey sugiere que “para entender mejor lo que pasa hay que explorar adecuadamente la experiencia viva”, evitar la desconexión con los principales personajes, su propia descripción (una cuestión demasiado grande para este espacio tan pequeño).

Contar con la fluidez del talento colectivo es una buena inversión de futuro. Los relatos del movimiento obrero son piezas de un museo que se han vivido en las calles . La Federación de Asociaciones de Vecinos de Badalona cumple 50 años y han llegado hasta aquí invirtiendo el dolor en una didáctica de la alegría para ofrecérsela con entusiasmo a las nuevas generaciones.

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