"El diseño de espacios interiores debe contribuir a cuidar el mundo que compartimos"

Nos encontramos inmersos en una crisis climática que ya no es una predicción de futuro sino una realidad palpable. Y a pesar de que a menudo pensamos en grandes industrias o infraestructuras como culpables principales, hay que recordar que cada decisión de diseño que tomamos dentro de un espacio interior tiene también una huella ambiental.

El diseño de interiores puede (y tiene que ) acontecer una herramienta transformadora. Un espacio muy diseñado no solo tiene que ser bonito o funcional, sino también responsable con el planeta. Hablamos de usar materiales reciclados o reciclables, de aprovechar la luz natural, de reducir el uso de sistemas de climatización artificiales mediante una buena orientación y ventilación cruzada. Hablamos, en definitiva, de ecoeficiencia real.

Pero todavía más importante que esto es cambiar la mirada: diseñar para durar, pero también para desmontar, reparar y reutilizar. El futuro pasa por una economía circular, y esto también tiene que impregnar el mundo del diseño. No tiene sentido continuar creando muebles o acabados interiores que acabarán en vertederos en pocos años. Hay que pensar en ciclos de vida, en modularidad, en fácil mantenimiento y mínima obsolescencia.

Cómo decía Al Gore, "la crisis no es de conocimiento, sino de voluntad". En diseño, esto quiere decir actuar con responsabilidad. El verdadero diseño ecológico no es solo una moda verde sino una actitud consciente y comprometida. A entender que un espacio sostenible no es aquel que solo usa materiales "eco", sino aquel que está pensado desde el inicio para ser eficiente, adaptable y responsable. Porque el verdadero diseño ecológico no es una estética verde: es una actitud.

Confiamos que más profesionales, instituciones y usuarios exijan espacios interiores que no solo nos acojan sino que contribuyan activamente a cuidar el mundo que compartimos.

Atentamente, una ciudadana que cree que el buen diseño también tiene que ser un acto ecológico.