"El timo del tono móvil"

Un amigo te llama. Comenta que le ha causado suma extrañeza el peculiar y jocoso tono de espera del teléfono móvil al no adecuarse a tu perfil. Piensas que te está gastando una broma veraniega. Compruebas que, efectivamente, no has activado ese tono de espera. Te alerta del coste que ello puede reportar. Raudo contactas con el servicio de atención al cliente, el 1004, extrañado, y te confirman que les consta activado ese servicio. Silencian el nombre de la empresa. Te informan que por ese servicio ya te están cobrando. Indignado lo das de baja en el acto. Te lo confirman con un SMS.

Para la reclamación pertinente tendrás que aguardar a final de mes al recibir la factura. Les aseguras que de ninguna manera has activado ese servicio, ni siquiera eras consciente de ello. Pones de manifiesto que se trata de una estafa cibernética con la connivencia de la operadora de telefonía que se erige en un presunto cooperador necesario, instrumental y funcional, de ese delito. La respuesta de la operadora te deja perplejo y anonadado: "No tenemos en la empresa ningún departamento sobre este asunto". Un vergel para sinvergüenzas. A todo ello, ¿qué hay del buen gobierno corporativo? Debería sancionarse con severas multas a las operadoras telefónicas que posibilitan esos timos que, a buen seguro, afectan a una pluralidad de usuarios.