"La emergencia habitacional en Barcelona necesita una gestión municipal competente"

A finales de 2019, la vida me cambió para bien. Fui uno de la treintena de jóvenes afortunados al que le tocó por sorteo un piso de alquiler municipal en Can Fabra, en Sant Andreu, dentro del recinto de la Fabra i Coats. Para quien no lo conozca, se trata del primer edificio de viviendas de alquiler público de Barcelona construidos en una nave industrial, ganador del prestigioso Premio FAD de Arquitectura e Interiorismo en el año 2021.

Por primera vez en mi vida podía permitirme el lujo de vivir solo en una vivienda digna en Barcelona. Me sentía muy afortunado y agradecido a todos aquellos que habían hecho posible este proyecto, promocionando las políticas públicas de vivienda digna y asequible en una ciudad con un mercado inmobiliario cada vez más inaccesible para los jóvenes por diversos motivos suficientemente conocidos (gentrificación, turistificación, especulación, etc.).

Hoy se cumplen seis meses desde que dejé ese fantástico piso, que yo mismo estrené, ganador de renombrados premios de arquitectura social. Hoy, ese fantástico piso, en un contexto de emergencia habitacional, sigue vacío debido a la ineficiente gestión del IMHAB, el Institut Municipal de la Vivenda y Rehabilitació de Barcelona.

Barcelona no solo necesita políticas y medidas que regulen el mercado inmobiliario para que los ciudadanos puedan acceder a una vivienda digna, sino una Administración competente que las gestione.