¿Es posible vivir sin Instagram?

Actualmente, vivimos en una sociedad en la que estamos conectados permanentemente a las redes sociales.  Su uso desmesurado provoca frialdad en la cercanía y proximidad en la lejanía.

Tenemos la necesidad de publicar constantemente lo que se realiza cada día. Nos sentimos felices cuando observamos que tenemos 60 likes por haber publicado el plato de paella con su cerveza correspondiente en el restaurante de la Costa Brava donde veraneamos; o por publicar que estamos realizando un entrenamiento de alta intensidad en el gimnasio del cual somos abonados.

Con esto no quiero decir que se prive del uso en su totalidad, o que no se publique algo de forma esporádica. Existen otras vías que nos permiten desconectar de la rutina diaria, como puede ser leer, caminar, ver una buena película o una charla con amigos.

Si tomamos conciencia y lo llevamos a la práctica,  mejorarán hasta nuestras relaciones personales y podremos ir a cualquier evento o comida familiar sin necesidad de estar conectados constantemente a cualquier aparato tecnológico.