"El Estado autonómico es un clamoroso fracaso, aunque no se quiera ver"

No son buenas noticias las condonaciones de deuda contraídas por las autonomías. El Estado recoge así la patata caliente de los territorios endeudados, en este caso mal llamadas autonomías, pues han sido incapaces de liquidar sus propias deudas.

El Estado autonómico es un clamoroso fracaso, aunque no se quiera ver. Tras más de 40 años de funcionamiento, nos demuestra que solo crea deuda y nada positivo. La descentralización imparable de España pone en riesgo su propia existencia, no caigamos en una balcanización que nunca fue buena allí donde se produjo.

Arruina a los españoles (a la clase política no, por supuesto, que vive de ello); nos ha distanciado entre regiones; hemos perdido empatía entre los ciudadanos de diferentes territorios e incluso de la misma región. A todo eso ha llevado la constante fiebre descentralizadora.

Se silencia a los economistas que defienden una recentralización necesaria y no se habla de la posible concentración de municipios. Todo es despilfarro, burocracia, leyes, duplicidades y falta de agilidad para proyectos y estímulos económicos. Lo peor es que esta descentralización suicida la apoyan todas las fuerzas políticas menos una.

Antes de la hecatombe que se avecina, esperemos encontrar la solución, que pasa sin duda por la falta de liquidez de Europa.