Gracias a los yayos Ángel y Ramona

Los yayos son lo mejor que nos ha pasado a todos en nuestra familia. Son los que nos unen en Navidad, alrededor de un plato de caldo con galets, hecho por la yaya con un amor infinito y que da fuerza al corazón y al espíritu. Son el amor incondicional, la unión, la confianza, el soporte de la familia. Los que nos escuchan cuando estamos tristes, nos abrazan cuando nos encontramos mal, es el consejo sabio cuando estás perdido, los que nos dan unos euros para algún capricho, los que nos hacen sentirnos menos solos. Son buenos, generosos, cariñosos, comprensivos… Ellos no fueron al colegio ni a la universidad, pero lo saben todo. No estudiaron psicología, pero saben perfectamente qué son la empatía y la asertividad. No estudiaron economía, pero llegaban a fin de mes, con un sueldo escaso que han ganado, el yayo haciendo de jardinero y la yaya limpiando.

Qué suerte tenemos en nuestra familia de contar con ellos, somos unos privilegiados, es el mejor regalo que nos ha dado esta vida, llena de obstáculos y momentos duros. Gracias, yayos, por ser como sois, por ser nuestros ángeles y por hacernos cada día mejores personas.