"Incorporar a las mujeres en la defensa europea no es solo equidad, es necesidad"

Soy una joven de Barcelona que tuvo la oportunidad de vivir en Dinamarca. Esa experiencia me permitió conocer de cerca una sociedad que apuesta por la igualdad desde las bases. Por eso, al leer la noticia de que, a partir del 1 de julio, las mujeres danesas podrán ser llamadas al servicio militar obligatorio, sentí la necesidad de compartir algunas reflexiones.

En un momento en el que los valores fundacionales de Europa -libertad, igualdad, derechos humanos- se ven puestos a prueba, los países nórdicos nos ofrecen una brújula moral. Dinamarca, en particular, da un paso valiente. La igualdad no se proclama, se practica.

Sus costumbres, como la de dejar dormir a los bebés al aire libre en pleno invierno, pueden parecer extremas, pero simbolizan una cultura que educa en resiliencia, adaptación y fortaleza desde la cuna. Incorporar plenamente a las mujeres en la defensa europea no es solo una cuestión de equidad: es una necesidad.

Su participación activa aporta miradas complementarias, capacidades diversas y una reafirmación ética. Una defensa sin mujeres sería una defensa incompleta. La decisión danesa no trata únicamente de servicio militar. Es una apuesta por una Europa más fuerte, unida e igualitaria, capaz de protegerse -y proteger sus valores- frente a amenazas externas o ideológicas. Sigámos el ejemplo.