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"Lejos quedan los años en los que Barcelona despuntaba sobre Madrid, pero ahora ganan ellos por goleada"

"Lejos quedan los años en los que Barcelona despuntaba sobre Madrid, pero ahora ganan ellos por goleada"

EUROPA PRESS

Nací en Barcelona. Me siento catalana, española, europea y ciudadana del mundo en general. No soy sospechosa de ser de derechas sino más bien todo lo contrario, pero a raíz de una nueva visita a Madrid he pensado que, quizás, aquí deberíamos darnos la oportunidad de girar un poco hacia la derecha.

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He pasado el fin de semana en Madrid disfrutando de la experiencia de conocer la celebración del Orgullo, y he podido comprobar en primera persona algunas de las importantes cosas que nos diferencian de la capital. Haciendo una comparativa rápida entre ambas ciudades he llegado a la conclusión de que nos ganan por goleada no solo en la celebración de grandes eventos sino también en transportes, oferta lúdica y, lo más importante, en seguridad y en limpieza.

La celebración del Orgullo ha sido el detonante de mi reflexión: después de un evento de tal magnitud, que ha contado con la asistencia de miles de personas, que ha generado cantidades ingentes de basura, que ha movilizado a cientos de efectivos de los cuerpos de seguridad, a la mañana siguiente Madrid volvía a ser la de siempre: limpia y cuidada.

Porque sí, porque Madrid es una ciudad limpia y cuidada, que puede tener los mismos problemas que Barcelona, que también acoge a un elevado índice de población inmigrante y que recibe a millones de turistas cada año, pero sabe gestionar bien sus recursos para ofrecer su mejor imagen, abriéndose al mundo con una versión más amable. Lejos quedaron los años en los que era Barcelona la que despuntaba como ciudad cosmopolita y evolucionada. Ahora, nos están comiendo terreno y siento añoranza de lo que fuimos y envidia (sana, pero envidia, al fin y al cabo) de lo que hoy es Madrid.

Quizá deberíamos hacer autocrítica, dar un giro de timón y explorar otras alternativas, dejar de hacer experimentos y luchar para recuperar los estándares de limpieza y seguridad de que gozamos hace un tiempo, para volver a posicionar nuestra ciudad en el lugar que se merece y nunca debió perder.

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