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"Ya no se habla de Valencia, pero he estado en Catarroja y aún queda mucho por hacer"

"Ya no se habla de Valencia, pero he estado en Catarroja y aún queda mucho por hacer"

Manuel Bruque EFE

Estas últimas semanas, en los telediarios, en las redes sociales, en los periódicos e incluso en nuestras conversaciones de diario teníamos un interés común: saber cómo estaban nuestros vecinos valencianos tras el paso de la DANA. La mayoría de nuestro entorno querían ir, conocían a alguien que iba o habían donado comida, pañales, dinero...

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Pero, ¿qué nos ha pasado como sociedad pasado un tiempo? ¿Hemos vuelto a olvidar la desgracia y hablar de nuevo de políticos corruptos, presentadores con mala praxis...? Pues bien, en Valencia siguen sufriendo a diario. El pasado fin de semana estuvimos en Catarroja, un pueblo de los más afectados a causa de la mala gestión por parte de la Generalitat Valenciana y pudimos ver cómo costaba acceder correctamente por carretera; apartados de la capital los servicios no llegan adecuadamente como en otras localidades, una vez más es el pueblo el encargado de suministrar, en este caso a los valencianos, lo que hasta hace nada compraban en el colmado de la esquina.

Una vez llegamos allí, vimos la realidad de lo ocurrido mucho peor de lo que esperábamos, conforme avanzábamos con el coche nos rodeaban montones de basura, una mezcla de partes de coches, forraje, electrodomésticos y demás mobiliario, tanto urbano como privado, todo inservible.

Nos tocó colaborar en un colegio de Catarroja, los niños venían a vernos preguntando si teníamos papel y lápiz para dibujar, otros se habían olvidado sus pertenencias y con un gesto inocente y feliz te daban un abrazo al recuperarlos. Otros, simplemente jugaban con una pelota vieja llena de barro en cualquier plaza.

Valencia ahora tiene dos caras: la parte intacta, donde debaten sobre temas absurdos e intentan hacer como si nada, durante unas horas al menos. Y la Valencia que no tiene huellas dactilares a causa de limpiar a base de lejía. Desde aquí os animo a ir, si ahora no podéis ir estas navidades, o mejor aún en febrero, en abril cuando nadie hable de ello, cuando pensemos que todo va bien, como pasa con Gaza, Ucrania, Palestina...

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