La nueva alcaldesa retrasa la inauguración del campo del C. F. Badalona

Qué bonita es Badalona. Y su equipo de fútbol que es más que Centenario. Un club al que en los últimos 15 años un grupo de gente entusiasta y comprometidos con el deporte de la ciudad, procedentes del Badaloní y a la vez vinculados a TUGSAL junto con algunos históricos vinculados siempre al club, lograron sacar del abismo, dotarlo de estabilidad y sentar las bases para un futuro que ilusionará.

La base del proyecto era la venta del campo y, de la mano del Ayuntamiento, construir un nuevo estadio, orgullo de todos. Los vaivenes políticos del consistorio, la inestabilidad permanente, generaron desconcierto, escepticismo y cierta desconfianza en la viabilidad. Mientras tanto, el Badalona ha tenido que migrar por otros campos de la ciudad con el consiguiente perjuicio económico. Hace unos meses se iniciaron las obras y las incomodidades se hicieron más soportables ante la promesa del Ajuntament de inagurar el Estadio como más tardar en septiembre de este año. 

Cuando la entidad puso en marcha campañas de nuevos socios, de anunciantes y sponsores, el consistirio dió un frenazo inesperado, retrasando la inauguración para enero del 2017. La decisión ha provocado gran indignación en la entidad.

Una vez más la falta de compromiso político, las falsas espectativas, el retraso de pagos comprometidos vitales para el día a día del club ponen al Ajuntament en el ojo del huracán. Lamentable que el compromiso de cambio, de nuevas maneras de hacer política, de impulso al club, se ha quedado, por lo que respecta a la entidad, en los carteles electorales. Urge que la alcaldesa y el conjunto de fuerzas políticas incentiven el cumplimiento del plazo de las obras que han de situar al club en la órbita de la esperanza colectiva.

Sería una pena en el próximo partido tener que guardar un minuto de silencio en memoria de una promesa de hacer política que se evaporó.