"Si trabajamos menos horas, ¿quién pagará la fiesta?"

Sumar reivindica la reducción de la jornada laboral con el lema oximorónico, "Trabajar menos, vivir mejor". Es decir, no hay que trabajar para vivir sino vivir trabajando cada vez menos. Algunos fueron educados con la máxima "el trabajo dignifica al hombre". Por cierto, acuñada por el filósofo y economista Karl Marx como fuente de motivación y bienestar.

Expresión que habremos escuchado en incontables ocasiones pero que ha caído en estrepitoso desuso. Ese lema, el de trabajar menos, podría ser el eslogan publicitario de una agencia de viajes pero, ¿quién pagará la fiesta? ¿Cómo va a gestionarse esa reducción de jornada en sectores estratégicos como el sanitario, la limpieza, transportes, supermercados..., y, cómo van a afrontarlo los sufridos y preteridos autónomos?

Un torpedo en la línea de flotación de las Pymes que verán seriamente comprometida su competitividad por la falta de capacidad en la productividad y se replantearán su viabilidad mermando el tejido productivo. Para tomarse un año sabático o para trabajar menos, viajar..., da la impresión de que se necesita un patrocinador y la tozuda realidad es que el hipotético 'sponsor' no existe.