"Los políticos no están aquí para jugar a las instituciones sino para trabajar para los ciudadanos"

Yo lo único que quiero es escuchar el viento, fusionarme con él, que me susurre sus secretos y sentir que alzo el vuelo como un pájaro, o como un hada que habita en el corazón del bosque. Pero no, sigo aquí. Abro los ojos y leo. Ya van 158 muertos. Se me ocurre lanzar una pregunta: ¿cuántas desgracias más deben ocurrir en este país para que su clase política levante la cabeza con dignidad?

Porque lo peor de esta pesadilla nacional con nombre propio, DANA, es el saber que muchos de esos horrores se podrían haber evitado. Pero no, aquí estamos una vez más, presenciando cómo los de arriba se dedican a hacerlo todo sobre ellos y a señalarse, jugando con la premisa del "tú siempre más y peor que yo".

¿Hasta cuándo vamos a dejar que esto siga así, funcionando como un circo en el que los payasos somos los espectadores? Es hora de que los políticos comprendan el peso que conlleva que su cargo sea público y democrático. No están ahí para "jugar a las instituciones", ni tampoco para ver quién tiene más ingenio al responder; deberían trabajar para mejorar la vida de las personas, de aquellas que les votaron y, por supuesto, de aquellas que no.

Luego quieren que no desesperemos, que no nos alteremos, que no salgamos a correr, a chillar e incluso a quemarlo todo. Mientras tanto, más muertos, más abusos, más corrupción, más desahucios… Menos vida.