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Torrent y la lealtad negociadora: no hay que prejuzgar el fin

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zentauroepp48884737 roger torrent190704093402 / Marta Sierra

Rafael Granero Chulbi

Señor Torrent, ya sé que no me leerá, pero con todo escribiré este comentario: soy un letraherido y me conformo con el placer de la escritura.

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Mire, señor Torrent, cualquier analista que se precie le dirá que primero hay que tratar el qué, para después, y sólo una vez acordado, tratar el cómo.

Hacerlo al revés conculca la objetividad necesaria para un diálogo leal, para un diálogo que no prejuzgue el resultado del mismo.

Y usted, con la petición de una ley de claridad -no seamos inocentes, no juguemos con el lenguaje-, quiere interesadamente saltarse un paso, hurtándonos el derecho a debatir el qué.

Digo por delante que no tengo nada claro el camino, y que reconozco que no es asunto baladí, pero me atrevo a marcar un inicio que no prejuzgue el final.

Un primer paso para no prejuzgar el fin del diálogo: que las partes -y no las dos partes, pues pienso que es aceptable considerar que hay más de dos partes- acuerden que todos los territorios que componen el actualmente conocido como España contienen una sociedad compleja, no homogénea -podríamos decir que todos los territorios, a todos los niveles, son "plurinacionales", y no compuestos por "un pueblo homogéneo"-.

Ese sería un primer paso: acordar -y por ello, respetar- que todos los territorios -y a todos los niveles- están formados por sociedades complejas no reducibles a "un pueblo".

Otro primer paso, no prejuzgar el fin del diálogo: no se trata de hablar del cómo, sino del qué. Y por lo tanto no se trata tanto de hablar de "cómo conseguir la secesión" sino de hablar -sin prejuzgar el fin- de qué pensamos que es lo mejor para la ciudadanía, para la sociedad. Y por qué creemos que es lo mejor. Con la voluntad de convencer, y no de vencer, con la intención de encontrar algo como fin, y no de prejuzgar el fin.

Ese sería otro primer paso: acordar que hay que hablar del qué y del por qué, no del cómo, para, con lealtad, no prejuzgar el fin.

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