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Retrat de Paco de Lucía el 1991.

Retrat de Paco de Lucía el 1991. / JORGE REPRESA

Recuerdo con una sonrisa el día en el que una vecina, hace unos diez años, abordó a mi mujer en el ascensor para felicitarla por tener un marido que tocaba tan bien la guitarra. Lo que en realidad escuchaba mi vecina era la antología de Paco de Lucía que mi mujer me había regalado conocedora de mi interés por la genialidad y el virtuosismo en cualesquiera de sus versiones o formatos.

Llegar a ser un genio o un virtuoso no es nada fácil. En primer lugar es necesario tener un talento, una habilidad especial o una virtud. En ocasiones este talento es innato, pero en muchas ocasiones este talento es fruto de una cuidada estimulación desde una edad muy temprana. En la mayoría de ocasiones que ocurre ni nos damos cuenta de ello: una tía especialmente sensible para el arte, una madre que no para de explicarle a su bebe todo lo que hace, un tío especialmente dotado para las matemáticas que te enseña juegos de mesa y otros juegos matemáticos… ¡Son tantas las formas de aprender!

Pero disponer del talento no es suficiente. Necesitas encontrar una figura cercana que sea capaz de identificarlo, entenderlo, valorarlo y potenciarlo. Esta figura pueden ser los padres, un profesor sensible e implicado o un amigo o familiar capaz de reconocer un potencial brillante en ti.

Vale tenemos el talento y la persona que lo ha identificado. Ahora es necesario que te apoyen, que valoren y que te den seguridad para poder desarrollar tu talento, especialmente tus figuras de referencia, que suelen ser los padres. Conozco a hijos de músicos sin talento para la música pero con un talento excepcional para visualizar y proyectar construcciones en el espacio. Conozco a hijos de empresarios sin talento alguno matemático, pero con una capacidad increíble para identificar estados emocionales y gestionarlos. Conozco a hijos de abogados con un talento especial para la música. Si somos capaces de identificar el talento de nuestros hijos independientemente del futuro que tenemos preparado para ellos, estaremos contribuyendo a que tengan una vida profesional feliz y adecuada a su área de máximo desarrollo.

Ahora es el momento de dotar a nuestro hijo con talento de las herramientas necesarias para desarrollarlo, aprender y aplicar su talento. Si Paco de Lucía no hubiera tenido acceso a una guitarra o lo hubiera hecho con 20 años, seguro que no habría llegado al dominio de la técnica que disponía.

Finalmente es importante poder estimular adecuadamente a la persona dotada de un talento. ¡Cuidado! Hay muchos padres deseando que su hijo tenga un talento a cualquier precio; lo que provoca que existan muchas personas identificando ‘talentos’ para satisfacer las necesidades de los padres. Cuidado, el equilibrio de nuestro hijo está en peligro.

Si conseguimos todo la anterior y conseguimos dar una infancia equilibrada en las diferentes áreas a nuestros hijos podremos contribuir a que desarrollen su máximo potencial.

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¡Cuidado de nuevo! A menudo relacionamos un genio con una persona excéntrica, ególatra, impertinente y poco respetuosa. Incluso a veces podemos encontrarnos con una persona excéntrica, ególatra, impertinente y poco respetuosa que ni tan solo tienen ningún talento en especial. Claro, es más fácil parecerlo que serlo.

Suenan unos tangos de Paco de Lucía mientras escribo este artículo. Ha llegado el momento de ponerle fin. Mis respeto al maestro del que tanto podemos aprender. Admiro su capacidad técnica, su capacidad estética y su capacidad poética. Pero lo que más admiro es su sencillez, discreción y humildad propias de un maestro.