La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha querido dar más visibilidad a la lucha por un Trabajo Decente en todo el mundo, situando el 7 de octubre como momento de confluencia de las reivindicaciones de los trabajadores de todos los países.
La CSI es consciente de que la única manera de hacer frente y revertir un modelo de globalización sin derechos ni reglas, es globalizar los derechos, entre ellos el de un trabajo digno, y globalizar las normas que regulan las relaciones laborales.
Trabajo digno significa cosas distintas en función de cada país. En algunos aún comporta abolir formas de trabajo esclavo, de la que en muchos casos se benefician empresas transnacionales que se aprovechan de este modelo de globalización sin reglas ni derechos.
En España el trabajo digno pasa por detener el proceso de grave precarización de las condiciones de trabajo. Y para conseguirlo una condición necesaria - aunque no suficiente ni la única- es revertir las Reformas Laborales aprobadas con la coartada de la crisis económica.
Izquierda Plural (IU, ICV-EUiA, CHA) quiere contribuir al debate y a las soluciones con propuestas propias para demostrar que sí existen alternativas y para ello hoy presentamos en el Congreso de Diputados una Proposición No de Ley que, después de hacer balance de estos años, propone 50 líneas de actuación para avanzar en la dignificación del trabajo. Esperemos que el Reglamento del Congreso permita discutirla pronto.
Pretendemos dar marcha atrás en la precarización que han promovido la Reforma Laboral de Zapatero del 2010 y sobre todo la del 2012, aprobada con los votos de PP y CIU.
Cuando el PP da una patada a la puerta de los derechos para arrumbarla, alguien antes le ha facilitado la tarea, haciendo saltar la cerradura
Las dos reformas no tienen la misma intensidad en cuanto a precarización se refiere, pero desgraciadamente una vez más se confirma que, cuando el PP da una patada a la puerta de los derechos para arrumbarla, alguien antes le ha facilitado la tarea, haciendo saltar la cerradura. Por eso solo resulta creíble un compromiso de dar marcha atrás en las Reformas Laborales, si ello incluye la aprobada por el Gobierno Zapatero en el 2010.
Nuestra propuesta pretende recuperar derechos usurpados aprovechando la crisis económica. Entre ellos, los derechos de negociación colectiva, para recuperar la fuerza vinculante, la capacidad de obligar de los convenios colectivos, porque sin la herramienta de la negociación colectiva es imposible construir derechos en un modelo productivo profundamente diversificado.
Pero no solo se trata de recuperar derechos, también se trata de generar nuevos. Por eso proponemos abordar la gran asignatura pendiente de nuestro modelo de relaciones laborales y nuestra legislación laboral, que no es otro que intervenir en las nuevas formas de organización del trabajo, en las cuales las viejas recetas del Derecho del Trabajo ya no son útiles.
En este sentido, proponemos regular en el ámbito laboral la responsabilidad de los grupos de empresa, como ya se hace en el ámbito fiscal y mercantil, para garantizar que las responsabilidades se pueden exigir a quienes en último extremo toman las decisiones y obtienen los beneficios.
La subcontratación en cadena es de largo el más grave de los factores que provocan segmentación entre trabajadores
También ofrecemos alternativas para encarar los procesos de externalización productiva que se lleva a cabo a través de las cadenas de subcontratación. Hoy se produce una escisión de responsabilidades entre la empresa que controla el mercado y los productos y la que se responsabiliza de la producción de bienes o servicios. Esta lógica está sirviendo para eludir responsabilidades empresariales y sobre todo para romper plantillas, impidiendo la construcción de solidaridad entre trabajadores. La subcontratación en cadena es de largo el más grave de los factores que provocan segmentación entre trabajadores
Nuevos derechos para hacer realidad, y no solo música celestial, la conciliación de vida laboral y personal. Pretendemos acabar con la esquizofrenia que supone que las medidas de conciliación se queden en las puertas de la empresa, donde reinan de manera absoluta las necesidades productivas, de competitividad y la facultad exclusiva y unilateral de las empresas. De manera que en la práctica la conciliación o queda en papel mojado o bien se hace depender de la buena fe o la inteligencia empresarial. En este sentido van algunas de nuestras propuestas para un nuevo derecho, el de la conciliación de vidas en una sola persona.
Y en materia de precarización de salarios, que es hoy uno de los caminos directos a la pobreza de los y las trabajadoras con empleo, pretendemos actuar en un doble sentido. Limitando facultades empresariales o dicho en positivo, reforzando los derechos de negociación colectiva. Y actuando legislativamente allí donde la Ley tiene más capacidad reguladora, en el Salario Mínimo.
Si se quiere evitar la presión a la baja de los salarios, deberíamos comenzar por detener la degradación del Salario Mínimo Interprofesional. Una actuación sobre el salario mínimo tendría un efecto rehabilitador en relación a la precarización generalizada de los salarios. Y el camino pasa por dar fuerza legal al compromiso de acercar progresivamente nuestro SMI al objetivo de la Carta Social Europea de que el salario mínimo sea el 60% del salario medio de cada país.
Notícies relacionadesCon esta Proposición No de Ley, Izquierda Plural pretendemos que los debates laborales y sociales no queden sepultados en el Congreso y la sociedad por el inmenso ruido de fondo que provoca un concepto de la política, centrado en discutir de las cosas de los políticos y no las de la ciudadanía.
También queremos poner de manifiesto que sí existen alternativas y contribuir con nuestro grano de arena a construirlas. Somos conscientes que en un contexto de mayoría absoluta y apoyo militante de CIU al Gobierno Rajoy en estas materias, nuestras propuestas tienen pocas posibilidades de abrirse paso en lo que queda de legislatura. Pero creemos que los grupos que pretendemos cambiar la mayoría de Gobierno para cambiar las políticas, tenemos la obligación de concretar nuestras propuestas y compromisos. Evitando que todo se quede en el modelo de política de envoltorio sin contenido. Es esta la responsabilidad que Izquierda Plural ha querido asumir.