La incertidumbre es muy incierta, tanto que nuestra mente corre a llenar su vacío con la ayuda de la potente imaginación que todo lo puede.
Podemos luchar contra la adversidad, podemos gestionar las dificultades, incluso podemos vencer algunas enfermedades, pero parece que nada podemos contra la incierta realidad. Necesitamos ponerle un nombre a lo que nos pasa, identificarlo, etiquetarlo... Pero no siempre es posible.
Toleramos mal la incertidumbre, es por eso que preferimos cualquier cosa a la nada, aunque no sea bueno, aunque sea la peor de las opciones, no importa, ya que por lo menos tenemos algo donde agarrarnos, que siempre es mejor que nada.
La incertidumbre nunca viene sola. La incertidumbre se acompaña de la ansiedad, fiel vasalla a la que utiliza como promotor del impulso; el impulso irracional que quiere dar forma al vacío, que quiere llenar lo que nada contiene. Recuerdo una interesante lectura de Luis Rojas Marcos titulada nuestra incierta vida normal donde nos propone que el entorno tan variable en el que vivimos nos provoca un nivel de inseguridad, ansiedad y depresión difíciles de gestionar.
Quizás sea ese el problema, que no estamos preparados para vivir en un tiempo donde reina el rápido cambio y la incertidumbre más absoluta. Está claro que lo que hemos estado haciendo hasta ahora ha dejado de sernos útil. Quizás necesitemos una revolución que nos ayude a adaptarnos mejor a nuestro entorno.
¿Qué te parece si en vez de intentar definir unas reglas que nos den una aparente y frágil normalidad, intentamos aprender una serie de habilidades y fortalezas que nos permitan gestionar mejor la incertidumbre?
Te propongo algunos consejos para vencer la incertidumbre. Empieza por discernir lo incierto de lo desconocido. Quizás te estés equivocando y dando algo desconocido por algo incierto. Observa, aprende, lee, analiza, busca información y estimula tu curiosidad. El conocimiento te dará criterio y posiblemente la felicidad.
Ante la incertidumbre no te sientas nervioso, sé que no es fácil, pero cuando una emoción de elevada intensidad aparece, la razón huye a esconderse despavorida. Guarda cierta distancia que te permita mantener la perspectiva para poder analizar mejor.
Intenta definir un marco o identificar unos parámetros estables. A veces no es todo incierto. Busca algunos indicadores que te permitan definir un poco más la situación. En muchas ocasiones lo incierto tan solo es algo que requiere de un pormenorizado estudio y análisis.
Controla tu mente ya que tiene tendencia a llenar la incertidumbre con algo, con lo que sea. Si es algo que deseas te inventarás una mayor probabilidad de éxito, si es algo que temes, el miedo tomará el control y te paralizará haciéndote creer que la probabilidad de que pase alguna desgracia es mayor de lo que en realidad es.
Frena tu impulsividad, no siempre cualquier cosa es mejor que nada. A veces nada es mejor que algo. No te precipites. Ten paciencia. No tomes una decisión para vencer la ansiedad. Espera a ver como van cursando los acontecimientos para poder ir adaptando tu reacción. No todo es predecible. Prepárate, estudia y vence la ansiedad para dar el paso adecuado en el momento adecuado. No podemos controlarlo todo. No podemos planificarlo todo. No pierdas tiempo imaginando una planificación, ni intentando adivinar el futuro. Observa, analiza y sé rápido.
Quizás te equivoques. No te culpes. No somos superhéroes. Aprende de lo ocurrido para no volver a repetir el error, pero no te fustigues. Recuerda que estás ante una situación incierta, por lo que es posible que te equivoques.
Tenemos que ser capaces de gestionar un futuro incierto. No busques seguridad. Busca dentro de ti la fortaleza y los recursos que te permitan afrontar la incertidumbre.
Notícies relacionadesNo sucumbas ante la incertidumbre. Gestiónala. Si no lo haces tu otros lo harán y no dudaran en utilizar la calma que te han proporcionado como moneda de cambio. Algunas ideas políticas, algunos familiares tóxicos, algunos falsos amigos o algunos 'compañeros' de trabajo te proporcionan una aparente seguridad para poder obtener su propio beneficio.
Asúmelo la vida es incierta. No intentes dominarla. Te propongo que acompases tu ritmo al de la vida. No intentes doblegarla, no podrás. No intentes someterla a un incierto y aparente control. Olvídate de ello y céntrate en acompasar tu ritmo, en aprender a leer las señales que te manda la vida y en vivir de una manera coherente y respetuosa.