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A los que abominan del humor negro (bueno, del humor en general) solo recordarles que el tándem Berlanga-Azcona estrenó en 1963 la película 'El Verdugo'. Un clásico del cine de este país, que explicaba la historia de un pobre desgraciado que para poder conseguiruna vivienda decide formar parte del sistema penitenciario de la época como verdugo. Mítica es aquella secuencia en la que el verdugo, encarnado por Nino Manfredi, es arrastrado hasta el cadalso como si del condenado se tratase para evitar cumplir con su cometido. Se trataba de una ficción que hablaba de la realidad de ese momento. Esa realidad era que en la España de los años sesenta la pena de muerte estaba vigente. Y así fue hasta que Franco murió.

Ricky Gervais defiende que se puede hacer humor de cualquier cosa, sólo depende de cómo lo hagas: "La comedia llega de un buen o de un mal lugar, y eres tú quien decide si lo es o no" y continúa: "cuando hacemos una broma de mal gusto ('sickjoke', en inglés) es con el consentimiento expreso, de que la otra parte lo comparte" y remata diciendo que jamás le explicaría un chiste pedofilo a un pederasta.

Zapata no es humorista, pero tampoco era concejal cuando transcribió --que no creó-- esos tuits. Esta última apreciación me parece sustancial.

Berlanga y Azcona, a pesar de abordar algo tan macabro e inhumano como la pena de muerte, lo hicieron, como sostiene Gervais, desde el lugar adecuado.

Para todos aquellos que se ofenden con cualquier broma que se haga sobre el Holocausto –aunque muchos de ellos jamás hayan condenado a la colaboracionista dictadura franquista– les recomiendo que lean "Heil Hitler, el cerdo está muerto" un libro escrito por Rudolph Herzogen el que expresa a modo de ensayo la importancia del humor en un época tan oscura como la del Tercer Reich y en el que sereproducen muchas de aquellas sickjokes que los propios judíos, como mecanismo de defensa,ingeniaron para intentaratenuar su monstruoso drama. Bromas como esta: ¿Cuántos tipos de judíos hay? Respuesta: dos, optimistas y pesimistas ¿Y en qué se diferencian? Los judíos pesimistas están en el exilio, y los optimistas en los campos de concentración alemanes.

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El humor es unaherramienta intelectual de la que podemos disponerlos seres humanos para soportar los dramas de la vida. Dramas como el Holocausto o aquellos quenos impide tragar cuando el garrote de la realidad nos aprieta la garganta hasta intentar hacernos enmudecer.

Gervais tiene razón: hay que hacer humor desde el lugar adecuado.Y añado: el reproche moral, también.