¿Son útiles las candidaturas de agregación?
El último sondeo de GESOP publicado por EL PERIÓDICO pedía la intención de voto en caso de que las siguientes elecciones del 27 de septiembre concurriesen dos listas de agregación: la nombrada 'Llista del president' (o con el 'president') y una emulación catalana de Barcelona en Comú. ¿Qué interés persigue la creación de listas unitarias o pseudo-unitarias? Principalmente, conseguir mejores resultados, ya que se supone que la agregación de fuerzas a nivel organizativo comporta también la agregación de sus apoyos, es decir, de los electores dispuestos a votar aquellas fuerzas que ya tienen previsto presentarse por separado. Ahora bien, el barómetro de GESOP pone en evidencia que esta agregación de apoyos ni se acerca a ser automático. Es decir, que no por sumar partidos se suman sus votantes.
A veces la agregación de siglas actúa como un repelente, mientras que en otras ocasiones aparece como un imán. Puede ser que en algunos casos la lista agregada expulse más apoyo que no que sume, mientras que en otros casos provoca una fuerza de atracción que va mucho más allá de apoyos declarados a las diversas fuerzas que componen la candidatura, de manera que a esta se acaben sumando electores que en otro contexto se declaran partidarios de la abstención o se muestran indecisos.
El barómetro de junio es una muestra perfecta de ambas situaciones: mientras que una lista de izquierdas, con ICV y Podem, genera un movimiento de atracción importante, la nombrada “Llista del President” provocaría el efecto contrario.
Si analizamos los datos de sondeo, la intención de voto a ICV y Podem por separado reúne un total de 127 entrevistados (el 19% de todos los que declaran intención de votar un partido) exactamente la misma cifra de encuestados que votarían a ERC, y 12 menos de los que votarían a CiU. En cambio, si suponemos que se presenta una lista conjunta de ICV y Podem, junto a otros partidos de izquierda, su intención de voto crecería hasta los 179 entrevistados (un 25% de los que declaran voto). ¿A qué se debe este incremento? A la atracción de los encuestados, ya que en el caso de que no existiera esta candidatura conjunta optarían por otras fuerzas. De esta atracción destaca los que se declaran indecisos (21 casos), pero también el trasvase desde otras formaciones, y sobre todo, destaca la diversidad de los trasvases: desde C’s y PSC, hasta ERC y las CUP. El trasvase de estos 4 partidos supone el 21% del total de apoyo a la lista conjunta de ICV y Podem.
La presentación de una lista de este tipo parece que podría actuar como un imán, que atrae tanto a electores que no tienen claro su voto como una importante masa que ya lo tiene decidido, pero que sería capaz de cambiar si se materializara una candidatura de este estilo. Es más, el posible efecto negativo sobre los partidos que la conformarían sería muy leve: ICV sólo perdería un 6% de la intención de voto que obtiene si se presenta en solitario, mientras que Podem perdería el 19%.
Exactamente el contrario parece que le pasaría a una lista encabezada por el 'president' Mas. Una candidatura de este tipo recoge la intención de voto de 136 encuestados, tres menos que los que declaran intención de votar una lista de CiU. De esta manera no parece que la agregación organizativa comporte la agregación de apoyo. Es posible que sea en parte porque no se trata de una coalición entre partidos, sino de una propuesta más difusa, de la que no se conoce el perfil definitivo. Ahora bien, los datos parecen concluyentes.
La 'Llista del president' conseguiría el apoyo del 78% de aquellos que muestran ya intención de votar una candidatura de CiU. Así mismo, las fugas son significativas. En primer lugar, se “descuelgan” los que optan por votar una candidatura d’Unió en solitario (un 8% de toda la intención de voto de CiU). También hay una fuga significativa hacia ERC, que en parte está compuesta por votantes d’ERC en el 2012 que ahora piensan votar CiU, pero no querrían votar la 'Llista del president' aunque, en parte, también son votantes de CiU en 2012 que votarían a CiU pero no la lista presidencial. Finalmente, se observa un grupo que muestra intención de votar CiU pero que ante la 'Llista del president' se muestra indecisa.
Todas estas pérdidas se compensan en parte con ganancias. Así, la 'Llista del president' atrae un voto de ERC (y de las CUP), que en parte es trasvase y en parte es un retorno a los nacionalistas por parte de unos electores que tenían decidido votar a los republicanos si CiU se presentaba sola. También hay atracción de parte del voto indeciso, mayoritariamente compuesto por votantes que optaron por CiU el 2012.
El balance entre ganancias y pérdidas en el caso de la 'Llista del president', pero, es prácticamente neutro: pierden tantos como ganan. Hay casi el mismo número de encuestados que huyen de la propuesta de lista nacionalista (mayoritariamente a UDC, ERC y la indecisión), como aquellos que se sienten atraídos (la mayoría, ex votantes de CiU que no piensan volver a votarles).
Así, confeccionar una lista de agregación no comporta automáticamente incrementar apoyos. Posiblemente deberíamos tener en cuenta la coherencia de la propuesta, así como la coyuntura general. Con este enfoque, la lista de ICV i Podem suma los respectivos votantes i consigue añadir otros que no tenían pensado votarles. En cambio, la propuesta de Mas (valga decir, menos definida) no parece servir ni para mantener el propio voto (no solo por la fuga de Unió), ni para atraer apoyos de su principal rival del campo nacionalista, ERC. De todas maneras, hará falta estar atentos a las concreciones de las propuestas. Los próximos meses prometen ser de infarto.