a Amazonia es una de las joyas del planeta tierra, la más legendaria de nuestras selvas tropicales, que no solo acoge a la mitad de las especies animales, sino que es considerada un baluarte contra el cambio climático debido a su capacidad para absorber dióxido de carbono.
La viabilidad del Amazonas corre serio peligro: no solo por los incendios que aceleran la reducción de masa forestal, sino que el uso del mercurio (relacionado con una minería sin el control adecuado) o el vertido de aguas residuales, hacen que la deforestación se agrave.
La crisis del coronavirus nos ha demostrado que un mundo más sostenible todavía es posible. Cuando medio planeta estuvo confinado hace ya año y medio, el medioambiente experimentó un respiro: los niveles de contaminación que registraron las grandes ciudades bajaron considerablemente, surgió vegetación en lugares que hasta ahora estaban acaparados por la actividad humana y debido a la disminución de los vuelos, se redujeron las emisiones de dióxido de carbono.
Es por ello que, ahora que la actividad ya vuelve a niveles prepandemia, aunque todavía con ciertas restricciones, debemos plantearnos una nueva forma de vivir que respete nuestro entorno.
Por este motivo y asumiendo este rol, los tres mayores bancos privados de Brasil (Banco Santander, Bradesco e Itaú Unibanco) decidieron unirse en julio de 2020 en un nuevo proyecto denominado “Plan Amazonia”, para trabajar conjuntamente en la protección del Amazonas e incentivar su sostenibilidad.
“Nuestra visión del futuro es el bosque en pie, correctamente puesto en valor. Prestando servicios ambientales al planeta, y esto implica negocios. El uso económico del bosque en sus diversas formas forma parte de la ecuación de mantenerlo en pie”
Sergio Rial, presidente del Consejo de Administración de Santander Brasil.
Esta alianza forma parte del compromiso que Grupo Santander mantiene desde hace tiempo con la transición, tanto propia como de sus clientes y la sociedad en general, hacia una economía de cero emisiones. La entidad ya consiguió en 2020 ser neutra en carbono y es miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance.
En este primer año de desarrollo del Plan Amazonia, los tres participantes del acuerdo han dado prioridad a cuatro de las medidas establecidas en su momento: los cultivos sostenibles, la bioeconomía, la ganadería y la regularización de tierras.
En bioeconomía, el Plan Amazonia apoyará un estudio que aportará posibles soluciones para la baja cuota de mercado de los productos amazónicos, que es de 300 millones de dólares al año y representa solo el 0,17% de los mercados globales correspondientes.
En cuanto a la ganadería, se ha definido una lista de indicadores clave de rendimiento (KPI) para supervisar la evolución de sus propias carteras de crédito. Para reducir la tasa de deforestación, se implementen herramientas tecnológicas y se asuman compromisos públicos de trazabilidad de los proveedores directos e indirectos de ganado para 2025.
Entre el resto de acciones que se contemplan en este plan, destaca la estimulación de las cadenas sostenibles en la Amazonia por medio de líneas de financiación diferenciadas y otros instrumentos financieros y no financieros y la agilización de inversiones en infraestructura básica para el desarrollo social y ambiental.
Además, se realiza una monitorización por satélite a más de 12.000 propiedades que están siendo financiadas o que sirven de aval, con alertas diarias sobre temas como embargos de áreas deforestadas, trabajo esclavo o incursiones en territorios indígenas, entre otros.
“Se esperan grandes resultados. El primer año ha sido una experiencia de aprendizaje. Hemos creado un consejo asesor formado por personas expertas y con experiencia en la región”
Sergio Rial, presidente del Consejo de Administración de Santander Brasil.
Para entender la compleja cuestión de la regularización de la tierra, Banco Santander ha unido fuerzas con tres importantes bufetes de abogados (Mattos Filho, Pinheiro Neto y Machado Meyer) para elaborar un mapa de la legislación sobre la tierra en los nueve estados de la Amazonia. El objetivo final es identificar mejores modelos de regularización.
Más allá de estos objetivos marcados como prioritarios, Banco Santander continúa impulsando medidas para proteger y salvaguardar la selva amazónica del deterioro que está sufriendo en los últimos tiempos, entre ellas, una nueva red comercial centrada en la región que incluye el 45% del territorio de la Amazonia Legal y 1/4 de Brasil. La sostenibilidad será un motor para todas las operaciones en la región, que medirán no sólo resultados comerciales, sino también potenciales impactos sociales y ambientales. Además, las prácticas implementadas allí, podrán ser replicadas a todo el territorio amazónico.
Después de este primer año de colaboración y esfuerzo conjunto entre Banco Santander, Bradesco e Itaú Unibanco, se afianza cada vez más que la responsabilidad debe repartirse, uniendo fuerzas con las entidades que operan en la región, el gobierno, los empresarios, las organizaciones y los propios ciudadanos.