En su compromiso por facilitar la transición hacia una economía verde, Banco Santander apuesta por iniciativas que impulsan la movilidad sostenible. Ejemplo de ello es el acuerdo que ha alcanzado con Riba para la distribución de motos eléctricas en Sâo Paulo.
La movilidad se enfrenta a una revolución sin precedentes. El mundo está evolucionando a una gran velocidad, y la sociedad se enfrenta a desafíos nunca antes vistos. Los desplazamientos no paran de aumentar, tanto si hablamos de personas como de mercancías. Prueba de lo inédito de estos desafíos son las decisiones y propuestas para un futuro sin emisiones que tanto gobiernos como empresas privadas vienen realizando.
En Europa, más de la mitad de las emisiones de CO2 registradas tienen su origen en el uso del vehículo particular. Esto tiene un impacto directo sobre el planeta, cuya realidad supera dramáticamente los pronósticos.
En este contexto, en el que las actuaciones para mitigar el impacto del cambio climático son más necesarias que nunca, Santander cuenta con una serie de iniciativas para impulsar la movilidad sostenible.
En esta línea, la entidad ha llegado a un acuerdo con Riba, la app que ofrece scooters eléctricos compartidos para la distribución de 50 de estos vehículos por la zona sur de São Paulo. El número de scooters, que se ampliará en el futuro, refuerza la movilidad urbana, y en un año, estos permitirán que se dejen de expulsar cerca de 20 toneladas de CO2 a la atmósfera. Además de no emitir gas carbónico, las motos eléctricas no producen ruido, lo que contribuye a disminuir la contaminación acústica de la ciudad.
Su funcionamiento es muy sencillo: en la aplicación de Riba es posible alquilar una moto para su uso mediante una tarjeta de crédito válida. La devolución también se realiza a través de la app. Las motos cuentan con seguro de accidentes, se rastrean en tiempo real y no superan la velocidad de 50 km/h. Es obligatorio usar casco, así como ser mayor de edad y poseer carné de conducir de categoría A. La empresa es la responsable del cambio de las baterías y del mantenimiento.
Los vehículos, que pueden ser usados tanto por clientes como por personas no vinculadas a Banco Santander, están disponibles todos los días de 6:00 a 23:00 hora local y se pueden estacionar en cualquier zona pública reservada para motos.
Esta es la segunda colaboración del Santander con Riba. En agosto del año pasado el banco financió 36 motos eléctricas de la compañía en un proyecto piloto de la red de pizzerías Domino’s. Los repartidores de la franquicia usan las motos en sus entregas en Sao Paulo. La entidad también cuenta con una línea de financiación para las personas interesadas en adquirir los diversos modelos de motos eléctricas de la marca.
Esta iniciativa se suma a los años de patrocinio del sistema de alquiler de bicicletas públicas en Londres y a la vuelta de Banco Santander a la Fórmula 1 como patrocinador de Ferrari para impulsar la transición verde de la conocida escudería.
La de Brasil no es la única iniciativa con la que Santander cuenta en materia de movilidad sostenible. En Londres, por ejemplo, en mayo de 2021 dio continuidad al patrocinio Santander Cycles y a su acuerdo con la empresa Transport for London (TfL) hasta 2025 para incentivar el uso de la bicicleta y crear así un Londres menos contaminante.
Se estima que, gracias a esta iniciativa, se ha evitado la emisión de más de 20 millones de kilogramos de CO2 a la atmosfera gracias a los más de 300 millones de kilómetros recorridos en bicicleta desde el año 2015.
Actualmente, Santander Cycles está presente en las ciudades británicas de Londres, Milton Keynes, Swansea y Brunel, con más de 14.000 bicicletas disponibles solo en la capital; y, desde sus inicios, ha prestado más de 100 millones de servicios.
En diciembre, la entidad presidida por Ana Botín anunciaba que volvía a la Fórmula 1 para convertirse en patrocinadora de Ferrari, la escudería más laureada de la historia de la competición. Como parte del acuerdo, Santander asesora a Scuderia Ferrari en sus objetivos para ser neutro en emisiones de carbono en 2030.
La Fórmula 1, uno de los deportes con mayor número de seguidores del mundo, ha anunciado su objetivo de ser una competición con cero emisiones netas en 2030.
Durante 70 años este deporte ha funcionado como banco de pruebas para algunos avances tecnológicos, desde aspectos de aerodinámica hasta el diseño de los frenos, lo que ha permitido al sector del automóvil encontrar formas de reducir sus emisiones de carbono. Desde 2014, la eficiencia del combustible de los monoplazas de F1 ha mejorado un 50%. En 2026, la F1 tiene previsto presentar el nuevo motor de Fórmula 1 (unidad de potencia híbrida de segunda generación), que será neutro en emisiones de carbono y llevará combustible sostenible avanzado.