El futuro se encamina hacia una economía verde
C

on dos grados de calentamiento global las consecuencias para las personas y la naturaleza serán nefastas. Se prevé que los arrecifes de coral de aguas cálidas podrían desaparecer y el hielo marino del Ártico se derretiría, además tendría un impacto irreversible en la vida silvestre. Por eso, limitar el ascenso térmico a 1,5 grados se ha convertido en una prioridad a nivel mundial. Para conseguirlo debemos producir menos carbono del que sacamos de la atmosfera, es decir, “cero neto” de aquí a 2050. Para ello, es necesario una actuación transversal en la que se impliquen las administraciones y las empresas. En este sentido, Banco Santander, miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance, lleva tiempo trazando el camino para conseguir el objetivo de las cero emisiones netas en 2050 tanto para su propia actividad como para todas las emisiones de sus clientes derivadas de cualquiera de los servicios de financiación, asesoramiento o inversión que ofrece.

Para lograr este objetivo, la entidad financiera en un claro compromiso con las energías renovables, la preservación de bosques y la neutralidad en carbono, impulsa diferentes iniciativas como agente responsable en la transición hacia una economía verde para luchar contra el cambio climático.

Líder en energías renovables

En el camino hacia las cero emisiones netas, Banco Santander mantiene su compromiso de facilitar 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025 y 220.000 millones para 2030. Hasta el momento, ya se han invertido 33.800 millones de euros. Además, este año la entidad ha emitido su tercer bono verde por un valor de 1.000 millones de euros que se ha destinado a la refinanciación de proyectos de energías eólicas y solar.

El Grupo empezó hace 20 años a financiar las primeras plantas fotovoltaicas en España y hoy, según datos de Dealogic a cierre de 2020, es líder mundial en financiación de energías renovables.

Un soplo de aire al planeta

Se estima que en 40 años cada hectárea reforestada en España habrá retirado aproximadamente unas 200 toneladas de CO2 de la atmosfera. Es por ello que la reforestación se ha convertido en una herramienta clave para luchar contra el cambio climático. Bajo esta premisa, Banco Santander ha llegado a un acuerdo con Fundación Repsol y Grupo Sylvestris para impulsar el proyecto Motor Verde, una iniciativa que trabaja para compensar las emisiones de dióxido de carbono centrándose en la reforestación y la regeneración de bosques.

La entidad cuenta con una oferta de productos financieros sostenibles que ayuden a mitigar el impacto del cambio climático

Asimismo, cuenta con el proyecto Natura para que empleados voluntarios de Banco Santander o cualquier ciudadano aporten su granito de arena ayudando en proyectos de conservación, limpieza de playas o riberas de ríos o en la colocación de cajas nido para el cuidado y conservación de especies.

Más allá de nuestras fronteras, la entidad cuenta o colabora con diferentes programas para la conservación de los ecosistemas, como el de Reforestamos, en México, para el que ha recaudado más de 50.000 euros mediante donaciones voluntarias a través de sus cajeros automáticos; mientras que en Argentina, apoya la conservación de la naturaleza a través de la limpieza de playas; y en Brasil promueve el desarrollo sostenible del Amazonas, gracias a un acuerdo histórico con Bradesco e Itaú Unibanco.

Productos financieros verdes

La entidad, que estará presente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) como agente social responsable, también quiere apoyar a sus clientes en la transición hacia una economía verde, por eso cuentan con una oferta de productos financieros sostenibles que ayuden a mitigar el impacto del cambio climático.

Grandes metas para 2050

Todas estas acciones forman parte del compromiso adquirido por la entidad presidida por Ana Botín para alcanzar las cero emisiones netas de aquí a 2050. Un plan, cuyas próximas metas pasan por alinear su cartera para cumplir los objetivos de París. Para ello ha anunciado que en 2030 dejará de prestar servicios financieros a clientes de energía eléctrica cuyos ingresos dependan del carbón térmico en más del 10% y eliminará por completo su exposición a la minería de carbón en todo el mundo.

Por otro lado, se ha comprometido a reducir su huella medioambiental, habiendo conseguido el año pasado ser 100% neutro en carbono en su propia actividad mediante el uso de energías renovables y otras iniciativas de eficiencia, así como con la compensación de las emisiones restantes. Mientras sigue avanzando en este objetivo, se ha fijado dos metas: eliminar el 100% de plástico innecesario de un solo uso en sus oficinas y edificios corporativos a finales de este año y que, en 2025, el 100% de la electricidad que utilicen proceda de fuentes renovables en todos los países en los que opera.