Mascarillas comunicativas
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a lucha contra el Covid-19 ha generado un sinfín de cambios en la vida de todos, y el uso obligatorio de las mascarillas sanitarias en los espacios públicos, ha sido uno ellos. Algo que para las cerca de un millón de personas con discapacidad auditiva que viven en España ha sido mucho más que un simple gesto. Para ellas ha supuesto una barrera comunicativa con aquellos que las rodean en todos los ámbitos, social, laboral y educativo, ya que se apoyan en la lectura labial, la expresión labiofacial y el lenguaje no verbal.

Y en el caso de los jóvenes universitarios con discapacidad auditiva, además está comprometiendo su proceso de enseñanza y aprendizaje, su desarrollo y su futuro, tal y como destaca Salvador Alcaraz, profesor del departamento de Didáctica y Organización Escolar, en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia. Según el docente, el uso de mascarillas no accesibles ha provocado un obstáculo para que estos alumnos puedan participar y acceder al currículo, con las mismas oportunidades que el resto.

Soluciones accesibles

Para que ningún alumno se quede atrás en su formación sin comprometer la salud por la crisis sanitaria, la solución al problema está en las mascarillas comunicativas. Constituidas por 4 capas de tela, 2 de TNT y 2 de viscosa. La capa transparente es de acetato y la ventana representa aproximadamente un 20% de la superficie total de la mascarilla, que permite ver los labios y gestos del rostro mientras se habla con ellas puestas. Con la finalidad de garantizar la seguridad sanitaria sin perjudicar a la comunidad sorda con barreras comunicativas como sucede con el uso de las mascarillas opacas, estas han sido las primeras mascarillas con ventana transparente en superar análisis del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).

Así, desde la Fundación Universia, respaldada por Banco Santander, y la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España, han lanzado #universidadconsentido, una acción que ha repartido hasta el 03 de diciembre de 2020 un total de 6.500 de estas mascarillas en todas las universidades españolas.

Esto permitirá una comunicación inclusiva en todos los espacios, no solo para los propios alumnos con discapacidad auditiva, también para los docentes, el personal de administración y servicios, y otras personas del entorno académico, para que este curso académico 2020-2021 se desarrolle en igualdad de oportunidades para todos.

A estas mascarillas las han bautizado como “Mascarilla+Com”. Este tipo de producto está aceptado por los departamentos de riesgos laborales de diversos hospitales y centros sanitarios, y desde hace cinco años, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, la FDA, encargada de proteger la salud pública mediante la regulación de los medicamentos, las han aceptado como un producto normalizado.

Experiencias de éxito

En el ámbito universitario ya se están utilizando con éxito, según la experiencia del propio Salvador Alcaraz, que las ha podido usar en el proceso de enseñanza y aprendizaje de una estudiante con baja audición. El docente destaca también la importante labor de los servicios de atención a la diversidad y voluntariado de universidades como la suya, que le han proporcionado rápidamente esta herramienta, así como la orientación necesaria para el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje en su asignatura.

Gracias a iniciativas como #universidadconsentido, la primera campaña de este tipo llevada a cabo en universidades españolas, es posible poner el foco, no solo en el problema, también en la solución, facilitando y normalizando el uso a estas mascarillas en el ámbito universitario y su entorno.

La importancia de eliminar barreras en la universidad

El acceso a una educación de calidad es un derecho de todos, y el hecho de que un profesor no utilice en sus clases una mascarilla comunicativa frena el desarrollo de los alumnos con discapacidad auditiva.

Como docente, Salvador Alcaraz ve que esta crisis “nos ha hecho comprender que todavía queda un camino por recorrer para definir a nuestro sistema educativo como un sistema inclusivo que respete el derecho a la educación”, algo tan necesario y tan elemental que viene recogido en documentos tan significativos como la Declaración de Derechos Humanos, la Declaración de los Derechos del Niño, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y la propia Constitución Española, destaca el docente.

La sociedad española está concienciada sobre la necesidad de trabajar para eliminar las barreras para la inclusión, sin embargo, la crisis sanitaria ha puesto de relieve algunas debilidades en el ámbito educativo, que se han trasladado al escenario universitario sobre la atención a la diversidad. Pero no hay que olvidar el alto nivel profesional de los docentes y la gran labor que desarrollan para “para dar una respuesta inclusiva a la diversidad en unos momentos de gran tensión social como los que hemos y estamos viviendo”, recuerda Alcaraz.

Eliminar las barreras comunicativas es una obligación de todos y hacerlo posible es más sencillo de lo que parece.