Cómo mejorar una ciudad con el uso de datos
Durante la jornada, los participantes tuvieron que desarrollar una solución con la ayuda de datos extraídos de sensores inteligentes instalados en Barcelona
Una aplicación que premia a los ciudadanos por usar el transporte público, una legislación que regula el tráfico en las zonas más transitadas, y un proyecto enfocado a crear microclimas verdes en las fachadas de los edificios para reducir las emisiones de CO2. Son algunas de las ideas que surgieron el pasado jueves 20 de abril en el taller ‘Urbanismo y datos, más cerca que nunca: ¿Qué datos produce la ciudad?’, celebrado en el marco del proyecto Ciudades Soñadas, que busca hacer partícipe a la ciudadanía en la construcción de la Barcelona del futuro. Más de 50 estudiantes de arquitectura participaron en esta jornada dedicada al desarrollo de proyectos urbanísticos mediante el uso de datos abiertos a la ciudadanía, que organizó la Generalitat de Catalunya y que dirigió la consultora especializada en la mejora de los espacios públicos a través de la transformación digital y la innovación Ideas for Change.
El taller, que se celebró en el Palau Robert de Barcelona, consistió en tres fases: una parte introductoria, un trabajo en equipo y un juego de roles. En primer lugar, se llevó a cabo una explicación sobre el concepto de ciencia ciudadana y sobre cómo los datos generados por las personas que habitan en una ciudad pueden ser útiles a la hora de crear soluciones que ayuden a mejorar la calidad de vida de esta. “La ciencia ciudadana es una manera de otorgar a la ciudadanía una participación activa en la generación de información”, señalaron los organizadores. En esta línea, se expusieron proyectos como D-Noses, una iniciativa a través de la que comunidades de personas afectadas por los olores pueden mapear mediante una aplicación móvil los puntos donde se perciben olores y, así, identificar las posibles problemáticas en cada zona. Otra de las iniciativas resaltadas fue CitieS-Heatlh, cuyo objetivo pasa por abordar problemáticas ciudadanas relacionadas con la salud y condicionadas por factores medioambientales como los niveles de contaminación.
“La ciencia ciudadana es una manera de otorgar a la ciudadanía una participación activa en la generación de información”
Seguidamente, y a partir de los datos recogidos por dos proyectos de ciencia ciudadana entre julio del 2020 y noviembre del 2021, los estudiantes tuvieron que desarrollar de manera grupal una solución, en forma de aplicación, proyecto urbanístico o regulación administrativa, que permitiera solucionar una problemática. La información a partir de la cual los estudiantes debían desarrollar esta solución se basaba, por un lado, en el proyecto europeo WeCount, dedicada a monitorizar y medir la movilidad en la ciudad a través de unos sensores instalados en las ventanas de sus domicilios, y, por otro lado, Smart Citizen Kit, un conjunto de sensores inteligentes instalados en diferentes puntos de Barcelona que calculan parámetros como la calidad del aire, la temperatura, el sonido, la humedad y la cantidad de luz. Concretamente, la información con la que los participantes del taller tuvieron que desarrollar el proyecto fueron recogidos en la calle Ros de Olano, en el distrito de Gràcia.
Finalmente, y con el fin de exponer los resultados del trabajo en equipo, se llevó a cabo un juego de roles. En esta fase del taller, los estudiantes, simulando que eran periodistas y que vivían en el 2030, tuvieron que elaborar una noticia sobre cómo el proyecto desarrollado siete años antes en un taller de estudiantes de arquitectura había llegado a solucionar una de las problemáticas que en aquel entonces afectaban a la población.
“Como arquitectos tenemos la responsabilidad de conocer la ciudad más allá de nuestra mirada”, señaló a este medio Jaime Sanahuja, uno de los estudiantes de arquitectura que participó en la jornada. “Cuando llevas a cabo un proyecto urbanístico en una zona concreta tienes que pensar en las personas que viven allí y en las necesidades que tienen”, resaltó Mar Exposito, otra de las estudiantes que participaron en el taller. Por otra parte, Marc Golab, también estudiante de arquitectura, remarcó la importancia de tener en cuenta la información generada por la ciudadanía y considerarla a lo largo de todo el proceso de desarrollo: “Es muy interesante pensar que estamos haciendo algo como sociedad y no de manera individual”.
“Cuando llevas a cabo un proyecto urbanístico en una zona concreta tienes que pensar en las personas que viven allí y en las necesidades que tienen”
Al finalizar el taller, los estudiantes tuvieron la oportunidad de visitar la exposición que acoge el Palau Robert Sueña la Ciudad, de la mano de su comisario, el arquitecto Roger Subirà. La exhibición, que se podrá visitar hasta el próximo 11 de junio, expone algunas de las iniciativas urbanísticas y arquitectónicas impulsadas por más de 30 equipos, tanto locales como internacionales, que, hasta ahora, carecían de un espacio donde poder compartirse y visibilizarse entre sectores no especializados. La exposición mezcla un conjunto de imágenes que ayudan a imaginar un futuro urbano más optimista y sostenible y lo hace a través de tres valores innegables: la Revolución Verde, la Revolución Digital y la Revolución de la Identidad.
Este ha sido el primero de los seis talleres que conforman el proyecto Ciudades Soñadas. En esta plataforma, creada por EL PERIÓDICO con la colaboración de la Generalitat de Catalunya, se recogerán las mejores propuestas planteadas a lo largo de estos meses.