Texto
Alex Gómez
En estos tiempos de incertidumbre, en la antesala de 2024, crecen las dudas sobre el camino a tomar para la estabilidad de las pequeñas y medianas empresas.
Son ya seis trimestres consecutivos en los que los costes empresariales aumentan más que las ventas, lo que provoca una reducción de los márgenes y una pérdida de competitividad de las empresas. Estos factores, sumados a otros como el incremento de los tipos, la complejidad del marco regulatorio y la dificultad de adaptarse a sus cambios o la falta de profesionalización de buena parte de nuestras pymes, siguen contribuyendo a que crezca la incertidumbre en las casi 3 millones de pymes y micropymes de España.
“Actualmente hay crisis internacionales estratégicas, demográficas, de calado ambiental, o casuísticas -como la del canal de Panamá-, que agravan la propia situación de incertidumbre nacional. Ante este panorama se hace necesario tomar decisiones estratégicas en las empresas. Es lo que posiblemente divida a las empresas, en un futuro inmediato, entre las que aprovecharon ésta nueva crisis para prosperar y las que no lo hicieron y revirtieron a la baja sus posibilidades por no invertir estratégicamente”, señala Víctor Fermosel, abogado analista experto en estrategia empresarial.
Y, ante esta situación, ¿qué camino es el ideal para la salud económica de mi pyme? Àngel Hermosilla es secretario general del Col·legi d'Economistes de Catalunya y da algunas pinceladas de cómo encontrar ese equilibrio: “La rentabilidad se mejora por dos vías que se han de combinar siempre: aumento de ventas y reducción de costes. En un contexto como el actual, de incertidumbre y de menor dinamismo económico, por la vía de las ventas se han de consolidar mercados, diversificar en productos, clientes y geográficamente e intentar mantener precios; por la vía de los costes es primordial implantar una buena gestión y control de costes, atendiendo a los gastos de suministros, transporte y energía, y no dejar de poner en marcha iniciativas que ayuden a mejorar la productividad”.
En base a las anotaciones de Àngel Hermosilla y al estudio sobre las preocupaciones y demandas de la pyme registradas en el Tactiómetro 2023: Estudio sobre las preocupaciones y demandas de la pyme española, elaborado por la consultora Tactio, a continuación, desarrollamos 10 consejos que pueden servir de guía para tratar de mejorar la rentabilidad de una pyme:
No desatender la inversión. A pesar de que la incertidumbre sea una de las mayores preocupaciones de las pymes en la actualidad, del estudio del Tactiómetro se destaca que más de la mitad de ellas tienen pensado crecer en estructura próximamente. Es primordial no dejar de invertir -aunque existan dudas sobre el futuro-, porque es la base de la supervivencia y crecimiento. Es una condición indispensable para la evolución y adaptación a las condiciones cambiantes del mercado.
Consolidar mercados. Proteger y cuidar todo lo logrado hasta ahora. Poner especial atención en nuestros clientes afines y cuidar cada venta regular, que es el soporte sobre el que se puede asentar un futuro crecimiento o estabilidad ante cualquier imprevisto.
Diversificar. Tanto la variedad de productos como el tipo de clientes, así como la posibilidad de ampliar geográficamente la capacidad de las ventas.
Márketing digital. Dentro de esa diversificación geográfica es primordial estudiar la capacidad de realizar inversión en márketing digital. Es el presente y el futuro, es una posibilidad excelente de poner el ‘escaparate’ de nuestra empresa delante de cualquier ciudadano del mundo. Eso sí, se debe evaluar bien los gastos y asegurarse de que estén generando un retorno de inversión positivo para la empresa.
“Invertir en estrategia es fundamental en éstos tiempos, asesorarse y cerciorarse de que los caminos que se toman son los correctos. Muchas empresas suelen empezar recortando por los departamentos de marketing, publicidad o formación, y es el momento de hacer todo lo contrario, de impulsarlos”, opina al respecto el experto en estrategia empresarial Fermosel.
Captación de talento y capital humano. Además de seleccionar un perfil ideal, la mentalidad empresarial debe plantear lógicas y relaciones laborales innovadoras en la búsqueda de un mayor compromiso, una mejora reputacional y de productividad porque una de las mayores dificultades en la actualidad para una pyme se encuentra en la captación y retención de talento. Una empresa debe volverse atractiva para los trabajadores y no sólo por la labor que desarrolle, sino por la propia filosofía y comodidades de la compañía.
Organización eficiente. Trabajar la organización interna y seguir mejorando la calidad de la dirección de nuestras empresas pequeñas y medianas, además de impulsar políticas que no desincentiven el crecimiento en las empresas.
Innovar. Cuatro de cada diez pymes están por debajo del 70% de aprovechamiento de su capacidad productiva interna y la mejora de productividad está íntimamente relacionada con la capacidad de innovación. En este proceso, para innovar hace falta gente que piense. ¿Cuántas personas se dedican a pensar y a probar nuevas cosas en las pymes?
Cultura de digitalización. Existe un miedo a la digitalización en ciertas personas que interrumpe este proceso, el cual aumenta la productividad. Así que, más allá de implementar en tecnología, se ha de concienciar culturalmente sobre la digitalización dentro de la empresa (y desterrar la creencia de que toda tecnología que entre en la empresa suprimirá puestos de trabajo).
Estimular a los trabajadores económicamente por objetivos. La retribución variable según el objetivo ha cogido peso en muchas pymes y los datos indican que funciona. Visto eso, ¿se puede extender a otras partes de la empresa dicha retribución variable?
Control de costes. Implantar control de costes es crucial en estos momentos, atendiendo especialmente a gastos de suministros, transporte y energía, que es lo que más ha aumentado últimamente. “A los directivos de las empresas se les remunera por tomar decisiones en base a datos medidos, se les paga por tomar decisiones en base a unos números, señalar unos objetivos, seguir los mismos y modificar el rumbo si es necesario. Es absolutamente primordial conocer el balance y cuenta de resultados para ello, entenderlas y tener cuadros de mando que posibiliten cambiar el funcionamiento de un negocio, si es necesario, para cambiar el resultado final del mismo”, apunta Víctor Fermosel.